Título: “En tus manos encomiendo mi Alma”.
Obra de arte povera.
Medidas: 47 x 34 x 13 cm
Es la primera escultura del autor, obra bifrontal, cuya funda su búsqueda de naturaleza autodidacta.
La visión surge a partir de un sueño: un feto suspendido en el aire y que su cordón umbilical se dirige hacia una mano divina, la cual se sitúa entremedio de una ventana.
La creación fue desarrollada dentro de un período de cinco años; durante ese tiempo, ocho meses se dedicaron al tallado de la mano y tres meses al modelado del feto.
La obra no posee serie y el original ha decidido no comercializarse.
Materiales o elementos primarios:
– Cobre (feto, cristo).
– Madera: 1. Roble (mano, ventana, cubierta interruptor). 2. Madera de balsa (fondo divisorio).
El cobre, recurso y elemento representativo para Chile, fue utilizado en las figuras del Cristo y del feto mediante la técnica de electroformado.
La madera de la mano, fue obtenida de un antiguo poste de luz abandonado de una desaparecida línea de ferrocarril.
La representación de la ventana, fue creada a partir de la puerta de un mueble deshecho que perteneció a la bisabuela del artista (ventana, cubierta interruptor).
La madera de balsa fue un obsequio (fondo divisorio).
- El frente de la gestación: Es el estado originario de la humanidad, que a través del cordón umbilical se sustenta y alimenta de la mano del Creador.
Esta mano es atemporal, trasciende y une los tiempos, su acción es infinita, y se desplaza dentro de tal circularidad.
– El lado interno de la mano (palmar) es femenino y materno: docilidad, inclinación de sosiego, apego, receptividad, vulnerabilidad; es el derecho.
– El lado externo de la mano (dorsal) es masculino y paterno: tensión, inclinación de voluntad, arrojo, resolución, firmeza; es el deber.
- El frente del cristo: El cristo está situado sobre una cubierta de un interruptor de luz.
La mano de Dios va a alcanzar a Cristo, es una acción por suceder, presagia el futuro, el destino aún por cumplirse.
Bajo el Cristo, se encuentran enfrentados en oposición un lápiz y un formón.
– El lápiz simboliza el intelecto, la inmaterialidad y la autoridad. Aunque asimismo es representación del libre albedrío: podría usarse para escribir sobre la verdad, o podría utilizarse para escribir engaños.
– El formón simboliza la fuerza, la materialidad y la servicialidad. Aunque asimismo es representación del determinismo: podría usarse para trabajar, tallar la mano, o podría utilizarse como un arma.
Ambos objetos incorporados aluden además a posibilidades de clases distintas.